El pasado
sábado día 15 de Noviembre tuvo lugar, en el Club de Tiro de Vilassar de Mar,
el primer seminario táctico del Laboratorio Técnico de Balística Forense,
dedicado a un tema tan extenso y complejo como fundamental: los medios
operativos, la configuración del equipo táctico, la movilidad del operador y su
accesibilidad a los muchos instrumentos que conforman el equipamiento necesario
para su misión.
Tuvimos la
suerte y privilegio de contar con un alumnado extraordinariamente correcto y
dedicado, proveniente de los mundos policial, criminalista, de la seguridad
privada y de diferentes áreas de la vida civil.
Nuestros
instructores del LAB, Yaakov Vidal y Francisco Ángel Bergillos, hicieron una rigurosa
exposición de los medios operativos con los que puede o debe contar cualquier
especialista en diferentes tipos de misión, centrándose particularmente en las
áreas relativas a la ropa, botas, cinturón y chaleco tácticos, con todos sus
complementos; los elementos de armadura, en especial el casco y chaleco
balísticos, con sus varios niveles de protección; las herramientas de
incursión, comunicación, iluminación y supervivencia; y, finalmente, las armas
cortas, largas y blancas.
En diversas
mesas alrededor de los docentes quedaron expuestos, mientras duró la clase teórica,
todo tipo de medios operativos, desde un Barret B98 Bravo hasta máscaras de
gas, escudos balísticos, cascos de combate, un ariete, cizallas, una cámara
endoscópica y un larguísimo etcétera.
Esta clase
teórica, ayudada de una elocuente exposición en Power Point, duró toda la
mañana, desde las nueve y media hasta las tres, con un breve descanso. Más que
entrado el mediodía, el Club nos ofreció un menú tan asequible como copioso,
que consumimos con circunspección dado el esfuerzo físico que exigiría la
tarde.
Para la
sesión práctica del curso, nuestros instructores habían preparado las tres
galerías de tiro del Club convirtiéndolas en un circuito tripartito de
obstáculos. Esta pista de pruebas, todo hay que confesarlo, estaba diseñada con
un “fraternal sadismo”. Fraterno lo fue en todo momento por el buen ambiente
generado, pero sádico (en el mejor sentido del término) lo fue también... un
rato largo. La sonrisa en el rostro del alumno al comenzar el circuito era la
mejor expresión de lo primero y su cara descompuesta, rebozada en polvo, al
terminarlo era la cruda constatación de lo segundo.
En la
última de las galerías, sin otra luz que la de los focos prioritarios de un
“coche patrulla”, el alumno tenía que rescatar a un muñeco a modo de compañero
herido y transportarlo reptando bajo una “alambrada”. Respetuosa pero
diabólicamente azuzados por los instructores, perseguidos en ocasiones por las
crepitaciones insidiosas del shock knife que blandía uno de ellos, los
alumnos tenían que completar el circuito en el menor tiempo posible equipados
con chaleco balístico, chaleco táctico, casco, arma corta y arma larga (se
usaron las de airsoft) y el resto de complementos necesarios para la acción.
Todos ellos lo completaron jadeantes y envueltos en nubarrones de “polvo
táctico”, pero con disciplina encomiable. Hasta hubo algún “masoquista” que
quiso repetirlo. ¡Felicidades!
El objetivo
de la prueba, sin embargo, no era demostrar a nadie que “polvo eres y en polvo
te convertirás”, sino, muy al contrario, evaluar la idoneidad del equipo
táctico de todos los participantes a fin de que cada cual tarde lo más posible
en “retornar al polvo”... o al menos que no lo haga por causa de ineptitud operativa. Esta
evaluación se realizó a última hora de la tarde mediante un debriefing
en grupo, tras el cual la jornada quedó sellada con la entrega de diplomas.
Para el que
escribe estas líneas fue un placer y un privilegio compartir dicha jornada con
un grupo tan selecto de humanidad.
Una fantastica exposición de los hechos! Bravo por el curso y por todos los asistentes, instructores, directivos y colaboradores del IFCF/LAB.
ResponderEliminarEsperemos se repita pronto y con un exito aun mayor.!
Un relato genial, aunque uffffffffffffffffff ha sido como volver a vivirlo todo todo, incluso el tremendo tortazo que me di con los neumáticos, que me dejó un maravilloso morado de recuerdo. Pero pese al sufrimiento, a los túneles interminables, a los calambrazos que ni sentí, pese a todo ahí estaré para la próxima.
ResponderEliminarAprendí muchísimo y me divertí también muchísimo.
Gracias a todos, espero que nos volvamos a ver muy pronto.